martes, 9 de diciembre de 2014

Sawabona

Bonita costumbre de esta tribu africana... ¡¡¡SAWABONA!!!

   En esta tribu, cuando alguien hace algo perjudicial o incorrecto, ellos llevan a la persona al centro de la aldea y toda la tribu viene y lo rodea.

   Durante dos días, le dicen "todas las cosas buenas" que él ya ha hecho.

   La tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno, deseando seguridad, amor, paz y felicidad. 

   Pero a veces en la búsqueda de esas cosas las personas cometen errores; errores que la comunidad ve como un grito de socorro.

   Entonces, la tribu se une para levantarlo; para reconectarlo con quien es realmente, hasta que él se acuerde totalmente de la verdad, de la cual se había desconectado temporalmente: "Yo soy bueno".

   SAWABONA, es un saludo usado en África del Sur que quiere decir: "Yo te respeto, yo te valorizo. Eres importante para mí".

   En respuesta las personas contestan SHIKOBA, que es: "Entonces yo existo para ti".


Fuente: Only good news



   

jueves, 20 de noviembre de 2014

La furia y la tristeza

   A un estanque mágico llegaron una vez a bañarse haciéndose mutua compañía la tristeza y la furia.

   Llegaron junto al agua, se sacaron las ropas, y desnudas entraron a bañarse.

   La furia, apurada, como siempre, inquieta sin saber por qué, se bañó y rápidamente salió del estanque. Pero como la furia es casi ciega, se puso la primera ropa que manoteó, que no era la suya, sino de la tristeza. Vestida de tristeza, la furia se fue como si nada pasara.

   La tristeza, tranquila y serena, tomándose el tiempo del tiempo, como si no tuviera ningún apuro, porque nunca lo tiene, mansamente se quedó en el agua bañándose mucho rato y cuando terminó, quizás aburrida del agua, salió y se dio cuenta de que no estaba su ropa.

   Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que para no estar así, al descubierto, se puso la única ropa que había, la ropa de la furia. Y así vestida de furia, siguió su camino.

   Cuentan que a veces, cuando uno ve al otro furioso, cruel, despiadado y ciego de ira, parece que estuviera enojado, pero si uno se fija con cuidado se da cuenta de que la furia es un disfraz y que detrás de esa furia salvaje se esconde en realidad la tristeza.



El camino de las lágrimas, Jorge Bucay


domingo, 14 de septiembre de 2014

Bueno...malo... ¿quién sabe?

   Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una pequeña aldea en las montañas. Su único medio de subsistencia era el caballo que poseían, el cual alquilaban a los campesinos para roturar las tierras.

   Todos los días el hijo llevaba el caballo a las montañas para pastar. Un día volvió sin el caballo y le dijo a su padre que lo había perdido. Esto significaba la ruina para los dos. Al enterarse de la noticia los vecinos acudieron a su padre y le dijeron: "Vecino, ¡qué mala suerte!". El hombre respondíó: "Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!"


   Al cabo de unos días el caballo regresó de la montaña, trayendo consigo muchos caballos salvajes que se le habían unido. Era una verdadera fortuna. Los vecinos, maravillados, felicitaron al hombre: "Vecino, ¡qué buena suerte!" Sin inmutarse, les respondió: "Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!"


   Un día que el hijo intentaba domar a los caballos, uno le arrojó al suelo, partiéndose una pierna al caer. "¡Qué mala suerte, vecino!" le dijeron a su padre. "Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!", volvió a ser su respuesta.

   Una mañana aparecieron unos soldados en la aldea, reclutando a los hombres jóvenes para una guerra que había en el país. Se llevaron a todos los muchachos excepto a su hijo, incapacitado por su pierna rota. Vinieron otra vez los aldeanos diciendo: "¡Qué buena suerte, vecino!". "Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!", contestó.

   Dicen que esta historia continua siempre de la misma manera, y que nunca tendrá un final.


   Dedicado a J. G. R.




miércoles, 13 de agosto de 2014

Un lugar en el bosque

Baal Shem Tov era muy conocido dentro de su comunidad porque todos decían que era un hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus palabras cuando él hablaba.

   Se había creado una tradición en aquel pueblo: todos los que tenían un deseo insatisfecho o necesitaban algo que no habían podido conseguir, iban a ver al rabino.

   Baal Shem Tov se reunía con ellos una vez por año, en un día especial que él elegía. Y los llevaba a todos juntos a un lugar único que él conocía, en medio del bosque.

   Y, una vez allí, cuenta la leyenda, Baal Shem Tov encendía con ramas y hojas un fuego de una manera muy particular y muy hermosa, y entonaba después una oración en voz muy baja, como si fuera para sí mismo.

Y dicen...
   Que a Dios le gustaban tanto aquellas palabras que Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego encendido de aquella manera, amaba tanto aquella reunión de gente en aquel lugar del bosque... que no podía resistirse a la petición de Baal Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas que allí estaban.

Cuando el rabino murió, la gente se dio cuenta de que nadie conocía las palabras que Baal Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo.

   Pero conocían el lugar del bosque y sabían cómo encender el fuego.

  Una vez al año, siguiendo la tradición que Baal Shem Tov había instituido, todos los que tenían necesidades y deseo insatisfechos se reunían en aquel mismo lugar del bosque, prendían el fuego de la manera que habían aprendido del viejo rabino y, como no conocían sus palabras, cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o sólo se miraban y hablaban de cualquier cosa en aquel mismo lugar alrededor del fuego.

Y dicen...
   Que a Dios le gustaba tanto el fuego encendido, le gustaba tanto aquel lugar en el bosque y aquella gente reunida... que aunque nadie decía las palabras adecuadas, igualmente concedía los deseos a todos los que allí estaban.

   El tiempo ha pasado y, de generación en generación, la sabiduría se ha ido perdiendo...

Y aquí estamos nosotros.

Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el bosque.

No sabemos cuáles son las palabras.

Ni siquiera sabemos cómo encender el fuego como lo hacía Baal Shem Tov...

Si embargo, hay algo que sí sabemos.

Sabemos esta historia.

Sabemos este cuento...

Y dicen...

Que Dios adora tanto este cuento, 
que le gusta tanto esta historia,
que basta que alguien la cuente
y que alguien la escuche
para que Él, complacido,
satisfaga cualquier necesidad 
y conceda cualquier deseo
a todos los que están compartiendo este momento...

Así sea...

Jorge Bucay


miércoles, 30 de julio de 2014

Los niños estaban solos

   Su madre se había marchado por la mañana temprano y los había dejado al cuidado de Marina, una joven de dieciocho años a la que a veces contrataba por unas horas para hacerse cargo de ellos a cambio de unos pocos pesos.

   Desde que el padre había muerto, los tiempos eran demasiado duros como para arriesgar el trabajo faltando cada vez que la abuela enfermaba o se ausentaba de la ciudad.

   Cuando el novio de la jovencita llamó para invitarla a un paseo en su coche nuevo, Marina no dudó demasiado. Después de todo los niños estaban durmiendo como cada tarde, y no se despertarían hasta las cinco.

   Apenas escuchó  la bocina cogió su bolso  y descolgó el teléfono. Tomó la precaución de cerrar la puerta del cuarto y se guardó la llave en el bolsillo. Ella no quería arriesgarse a que Pancho se despertara y bajara las escaleras para buscarla, porque después de todo tenía sólo seis años y en un descuido podía tropezar y lastimarse. Además, pensó, si eso sucediera, ¿cómo le explicaría a su madre que el niño no la había encontrado?

   Quizás fue un cortocircuito en el televisor encendido, o tal vez una chispa del hogar de leña; el caso es que cuando las cortinas empezaron a arder el fuego rápidamente alcanzó la escalera de madera que conducía a los dormitorios.

   La tos del bebé debido al humo que se filtraba por debajo de la puerta lo despertó. Sin pensar, Pancho saltó de la cama y forcejeó con el picaporte para abrir la puerta pero no pudo.

   De todos modos, si lo hubiera conseguido, él y su hermanito de meses hubieran sido devorados por las llamas en pocos minutos.

   Pancho gritó llamando a Marina, pero nadie contestó su llamada de auxilio. Así que corrió al teléfono que había en el cuarto (él sabía como marcar el número de su mamá) pero no había línea. 

   Pancho se dio cuenta que había de sacar a su hermanito de allí. Intentó abrir la ventana que daba a la cornisa, pero era imposible para sus pequeñas manos destrabar el seguro y aunque lo hubiera conseguido aún debía soltar la malla de alambre que sus padres habían instalado como protección.

   Cuando los bomberos terminaron de apagar el incendio, el tema de conversación de todos era el mismo: "¿Cómo pudo cargar al bebé en su mochila?
"¿Cómo pudo caminar por la cornisa con semejante peso y bajar por el árbol?
"¿Cómo pudo salvar su vida y la de su hermano?".

   El viejo jefe de bomberos, hombre sabio y respetado les dio la respuesta.

   -Panchito estaba solo... No tenía a nadie que le dijera que no iba a poder.

Jorge Bucay, Cuentos para pensar.


sábado, 5 de julio de 2014

El Buscador de Sueños

   ...Ese día ofreció a los presentes el relato de un sueño.

   -Imaginad que camináis lentamente por una carretera blanca que se prolonga hasta más allá del horizonte. Debéis llegar a una localidad lejana y el camino se hace difícil, casi imposible. La carretera se extiende ante vosotros, pero no lográis dar ni un paso.

   De pronto aparecen en el cielo unas nubes bajas que envuelven la llanura en sombras y la carretera blanca desaparece. Os sentís desanimados, atemorizados, no sabéis qué hacer. No podéis volver atrás porque de repente se ha formado un río a vuestra espalda.

   En la otra orilla hay una niña que os llama, os hace gestos para que crucéis. No existe otra posibilidad , de modo que decidís enfrentaros a la corriente.

   Algunos no consiguen imponerse y son arrastrados a lo largo de kilómetros y kilómetros hasta que llegan a un pueblo completamente blanco. Entonces se dan cuenta de que es justo la localidad a la que debían llegar en el sueño y sonríen de felicidad.

   Piensan en los que han vuelto atrás y tienen de nuevo ante sí la carretera blanca que se prolonga hasta más allá del horizonte.

   Al final del relato, Nazareno recordó a los presentes que la decisión y el valor también son necesarios en los sueños.

Romano Battaglia, El buscador de sueños.


jueves, 12 de junio de 2014

Mi alma rota 
Esta noche, mi alma rota.
Deshecha a jirones
Esta noche, amor, 
mi alma rota.

Regálame tu sonrisa
tu compañía serena
tus besos de miel y azahar
tu abrazo de amigo.

Mi alma rota
Esta noche, mi alma rota.

Nuestras palabras precipitan todo 
hacia el vacío de la pérdida.
Palabras de historias pasadas
y de deseos en la espera.

No te vayas, amor, esta noche
No me dejes, amor, ciega.

Muerde mi cuello y frena
la caída al vacío por tu ausencia.
Besa mis labios y sella
este amor que teme tu pérdida.

Sueña conmigo esta noche
Sueña conmigo, y alimenta...

Que mis sueños se han roto esta noche
que mi alma grita, llora y pena.
No me dejes amor, no te marches
que mi alma se quiebra.

Mi alma rota
Esta noche, mi alma rota.
Deshecha a jirones.
Esta noche, amor, mi alma rota.

M. Mar Nortes

miércoles, 28 de mayo de 2014

Resiliencia - Kintsugi

   Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro.

   Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.

   El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado luego con polvo de oro, se llama Kintsugi.

   El resultado es que la cerámica no solo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, éstos se acentúan y celebran, ya que ahora se ha convertido en la parte más fuerte de la pieza.

   Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto.

   LLevemos esta imagen al terreno de lo humano. La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud.

   La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia (la capacidad de recuperarse) son dignas de llevarse en alto.

Edu Wigand


lunes, 12 de mayo de 2014

Terapia Gestalt

   "En Terapia Gestalt creemos en la riqueza y creatividad del ser humano para ser capaz de hacer algo distinto y novedoso, y eso es lo que potenciamos.

   El terapeuta gestáltico apoya, potencia, estimula..., la capacidad del ser humano para ser único, espontáneo y flexible en todos los campos de su vida.

   Esta fe del terapeuta gestáltico en la capacidad del ser humano para hacer ajustes creadores, y el interés genuino en ser flexible y en apoyar la capacidad de arriesgarse del paciente tiene muchas consecuencias: aumenta la autoestima, mejora el propio autoapoyo, vitaliza, permite el aprendizaje y la asimilación, etc., en ambos."

C. Vázquez, Buscando las palabras para decir.

jueves, 8 de mayo de 2014

Otra Oración de la Gestalt

Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas.
En muchas de las cosas que hago, tú tienes que ver,
Y en muchas de tus cosas yo he contribuido.
Yo puedo ser yo contigo mientras tú puedas ser tú conmigo.
Yo seré yo mientras tú seas tú;
Y aunque por casualidad nos hayamos encontrado,
Continuemos juntos o separados, 
Nuestra vida nunca volverá a ser la misma ya que
Nuestro encuentro nos habrá enriquecido.

Carmen Vázquez, Buscando las palabras para decir. 

viernes, 25 de abril de 2014

Amistades

   ¿Cuál es la distancia adecuada entre amigos? En un sentido, el límite es el cielo. Una amistad puede consistir en ir juntos al cine una vez al mes o en compartir los secretos más íntimos un par de veces al día.

   Como en el matrimonio, la clave para sentirse próximos es la comunicación y el conocimiento mutuo. En ocasiones la proximidad física forma parte de una amistad.

   Entre amigos es posible gozar de una gran cercanía emocional y abrazarse sin una connotación sexual que les permite disfrutar de apoyo y calidez.

   La intimidad sexual (no es simplemente realizar el acto sexual sino hacer comentarios de la atracción sexual mutua) generalmente modifica los límites de la relación. El sexo que no incluye una intimidad emocional deja una insatisfacción. A menos que se aumente la proximidad emocional, la relación se resentirá y ambas personas sufrirán. 

(...)

   La amistad ofrece una gama tremendamente grande entre una distancia y una proximidad aceptables. Una relación crecerá en intimidad si las personas involucradas se conocen y se abren progresivamente para que la otra persona las conozca aún más.

   La intimidad física puede ser sexual y no sexual. La intimidad física no sexual puede ser muy agradable y enriquecedora. La intimidad sexual cambia la dinámica de la relación. Si está precedida por la intimidad emocional y la capacidad para comunicarse claramente cuando se trata de temas difíciles, puede enriquecer la relación. Si, por el contrario, no se basa en una proximidad emocional y una comunicación efectiva, puede dar como resultado una relación conflictiva.

Anne Katherine, Donde terminas tú empiezo yo

(Dedicado a A.R.E.)

   

domingo, 13 de abril de 2014

CUENTO INDIO

  Un viejo jefe de una tribu india estaba charlando con sus nietos acerca de la vida, y les dijo lo siguiente: 

  "Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos. Unos de los lobos es el resentimiento, la inferioridad, el miedo, la maldad, la avaricia, la mentira, el egoísmo, la envidia, el rencor, la culpa, el dolor, la ira. 
  El otro lobo es la paz, el amor, la bondad, la alegría, la gratitud, la sencillez, la esperanza, la serenidad, la humildad, la compasión, la sinceridad, la misericordia, la generosidad."

  Y después agregó: 

"Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra."

  Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo:

"¿Y cuál de los lobos crees que ganará?"

El viejo jefe indio respondió simplemente: "Aquel que alimentes"


lunes, 24 de marzo de 2014

Intimidad

"La intimidad es una necesidad primaria; se trataría de un aprendizaje que hacemos con otro que se interesa en nuestro mundo interno; de un diálogo íntimo y un intercambio con un testigo íntimo; de una necesidad que dura la vida entera como un requerimiento de nuestra naturaleza.

La ausencia de una pareja íntima, que constituye un soporte para la salud y el crecimiento, algo primario y vital por derecho propio, siempre supone un empobrecimiento real, aunque a veces inevitable.

Algunas relaciones tienen elementos de ese proceso aunque no constituyan una verdadera intimidad, porque no cumplen con la característica necesaria de ser íntimas en ambas direcciones: es el caso de los padres con hijos pequeños y también el de la relación terapéutica."

Vergüenza y Soledad. Gordon Weeler. (Prólogo de Marta Fischman Slemenson)


viernes, 7 de marzo de 2014

No es lo que has hecho
Sino lo que dejaste de hacer 
Lo que te causa congoja
Ahora que cae el sol.

Es la tierna palabra olvidada
La carta que no escribiste
Las flores que no enviaste
Son tus fantasmas esta noche.

Es la piedra que no apartaste del camino de tu hermano
La ocasión de ser como dioses que tenemos los humanos
Es el consejo alentador que no te atreviste a dar
O esa caricia afectuosa, o es palabra amorosa
Que nunca pensaste

No es lo que has hecho
Sino lo que dejaste de hacer
Lo que te causa congoja
Ahora que cae el sol.

Margaret Sanster


jueves, 27 de febrero de 2014

Tiempo de Duelo

 " ¿Cuánto dura un duelo normal?
  ¿Existe un tiempo normal de duelo?
  Los libros dicen que sí y los pacientes dicen que no.
  Y yo he aprendido a creer en los pacientes.
  La verdad es que si existe un tiempo es tan variable y está sujeto a tantas circunstancias que de todas maneras es impredecible. Cada uno tiene sus propios tiempos.
  Lo que sí creo es que existen tiempos mínimos.
  Pensar que alguien puede terminar de elaborar el duelo de un ser querido en menos de un año es difícil, si no mentiroso.
 ¿Y por qué digo menos de un año?
  Porque en un año suceden la mayoría de las primeras veces. Y las primeras veces son siempre dolorosas y porque aunque suene estúpido cada primera vez es la primera vez sin él o sin ella.
  El primer año suele ser, aunque nos pese, un doloroso catálogo de estrenos de nuevos duelos.
  Y cada uno de esos estrenos opera como un pequeño túnel del tiempo... por él uno vuelve una y otra vez a la vivencia pasada. Aunque, por suerte, cada vez sabe más del camino de retorno. Casi siempre la segunda Navidad es menos dolorosa que la primera.
(...)
  Por lo dicho (del síndrome de las primeras veces) yo diría que un duelo por la muerte de un ser querido nunca podría durar menos de un año y posiblemente, si algo no lo interrumpe, no dure mucho más allá de dos años y medio.
  También creo que si después del primer año uno sigue clavado en el lugar del primer día, quizás sea una buena idea pedir ayuda. A veces es imprescindible que alguien me acompañe en el proceso, aunque más no sea para mostrarme por dónde no está la salida del laberinto."

El camino de las lágrimas, Jorge Bucay.


viernes, 14 de febrero de 2014

La Alegoría del Carruaje III

   Mirando hacia la derecha me sobresalta un movimiento brusco del carruaje.

   Miro el camino y me doy cuenta de que estamos transitando por la banquina. Le grito al cochero que tenga cuidado y él inmediatamente retoma la senda. No entiendo cómo se ha distraído tanto como para no notar que dejaba la huella. Quizás se esté poniendo viejo.

   Giro mi cabeza hacia la izquierda para hacerle una señal a mi compañero de ruta y dejarle saber que todo está en orden... pero no lo veo.

   El sobresalto ahora es intenso, nunca antes nos habíamos perdido en ruta. Desde que nos encontramos no nos habíamos separado ni por un momento.

   Era un pacto sin palabras. Nos deteníamos si el otro se detenía. Acelerábamos si el otro aceleraba el paso. Tomábamos juntos el desvío si cualquiera de los dos decidía hacerlo...  Y ahora ha desaparecido. De repente no está a la vista.

   Me asomo infructuosamente observando el camino hacia ambos lados. No hay caso. Le pregunto al cochero, y me confiesa que desde hace un rato dormitaba en el pescante. Argumenta que, de tanto andar acompañados, muchas veces alguno de los dos cocheros se dormía por un ratito, confiado en que el otro se haría vigía del carruaje de al lado.

   Éramos como dos personas guiadas por un mismo deseo, como dos individuos con un sólo intelecto, como dos seres habitando en un solo cuerpo.

   Y, de repente, 
   la soledad, 
   el silencio, 
   el desconcierto,...

   ¿Se habría accidentado mientras yo distraído no miraba? Quizás los caballos habían tomado el rumbo equivocado aprovechando que ambos cocheros dormían... Quizás el carruaje se había adelantado,... Me asomo una vez más por la ventanilla y grito: ¡¡¡ Hola !!!
Espero unos segundos y le repito al silencio:  ¡¡¡ Hooolaaa !!!
Y aun una vez más: ¿¿¿ Dónde estás ???

...

   Ninguna respuesta.

   ¿Debería volver a buscarlo...sería mejor quedarme y esperar que llegue... o más bien debería acelerar el paso para volver a encontrarlo más adelante?

   Hace mucho tiempo que no me planteaba estas decisiones. Había decidido allá y entonces dejarme llevar a su lado adonde el camino apuntara.

   Pero ahora...

   El temor de que estuviera extraviado  y la preocupación de que algo le haya pasado van dejando lugar a una emoción diferente.

   ¿Y si hubiera decidido no seguir conmigo?

   Después de un tiempo me doy cuenta de que por mucho que lo espere nunca volverá. Por lo menos no a este lugar.

   La opción es seguir o dejarme morir aquí. 
   Dejarme morir.
   Me tienta esa idea.

   Desengancho los caballos y le pido al cochero que se apee. Los miro: carruaje, cochero, caballos, yo mismo,...

   Así me siento, dividido, perdido, destrozado. Mis pensamientos por un lado, mis emociones por otro, mi cuerpo por otro, mi alma, mi espíritu, mi conciencia de mí mismo, allí paralizada.

   Levanto la vista y miro al camino hacia adelante.
   Desde donde estoy, el paisaje parece un pantano.
   Unos metros al frente la tierra se vuelve un lodazal.
  Cientos de charcos y barriales me muestran que el sendero que sigue es peligroso y resbaladizo...

   No es la lluvia lo que ha empapado la tierra.
   Son las lágrimas de todos los que pasaron antes
   por este camino mientras iban llorando una pérdida.

   También las mías, creo... pronto mojarán el sendero.


Dedicado a Eduardo



jueves, 6 de febrero de 2014

Donde terminas tú empiezo yo

  Los límites ponen orden en nuestra vida. Si aprendemos a fortalecerlos, tendremos una idea más clara de nosotros mismos y de nuestras relaciones con los demás. Los límites nos permiten determinar cómo nos tratarán las otras personas. Cuando establecemos límites sanos podemos estar seguros de que nos protegeremos de la ignorancia, la mezquindad o la falta de consideración de los demás.

  Una característica de  los limites sanos es que son lo suficientemente flexibles como para permitirnos elegir lo que aceptamos y lo que excluimos. Podemos decidir excluir la mezquindad y la hostilidad, y admitir el afecto, la bondad y el reconocimiento.

"Donde terminas tú empiezo yo", Anne Katherine


martes, 4 de febrero de 2014

Cada órgano dañado responde a un sentimiento

 Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica, plantea la hipótesis de que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

 La enfermedad es una solución de adaptación ante una situación de shock, es decir, ante aquella situación que la persona no puede solucionar y se convierte en conflicto. No obstante, todo conflicto no provoca enfermedad. Para que ello ocurra deben darse las siguientes circunstancias: es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

 Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio; al duodeno y el estómago corresponde el conflicto de no tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene; los riñones corresponde a la pérdida de puntos de referencia,...

 Lo adecuado para estar sano es revalorizar las emociones, ser consciente de ellas y expresarlas desde la autenticidad. Por ejemplo, el hombre que tiene miedo pero lo enmascara con la rabia, descarga la rabia enfadándose con su mujer. Sólo estando en contacto con la emoción auténtica (el miedo), y no con la emoción de la superficie (la rabia) se produce la transformación y el cambio.

  



lunes, 3 de febrero de 2014

El camino de las lágrimas, Jorge Bucay

Hemos sido entrenados por los más influyentes de nuestros educadores para creer que somos básicamente incapaces de soportar el dolor de una pérdida, que nadie puede superar la muerte de un ser querido, que moriríamos si la persona amada nos deja y que no podríamos aguantar ni siquiera un momento el sufrimiento extremo de una pérdida importante, porque la tristeza es nefasta y destructiva...
Y nosotros vivimos así, condicionando nuestra vida con estos pensamientos.
Sin embargo, como casi siempre sucede, estas "creencias" aprendidas y transmitidas con nuestra educación son una compañía peligrosa y actúan la mayoría de las veces como grandes enemigos que empujan a costos mucho mayores que los que supuestamente evitan. En el caso del duelo, por ejemplo, llevarnos al enfermizo destino de extraviarnos de la ruta hacia nuestra liberación definitiva de lo que ya no está.

El camino de las lágrimas, Jorge Bucay



jueves, 30 de enero de 2014

La Autoestima


Es la percepción que tú tienes de ti mismo.
Es tu mejor herramienta para tu crecimiento personal.
Es la sensación de que puedes hacer lo que te propongas.
Es la manera en que te valoras.
Es la imagen que proyectas en los demás.
Es la fuerza que te permite desarrollarte.
Es tu capacidad de desarrollarr tu potencial.
Es tu poder y autoconocimiento.

Y, todo eso, lo puedes mejorar.



lunes, 27 de enero de 2014

Tristeza y Dolor, dos compañeros saludables

Siempre hay más , mucho más que dolor en un duelo.
Hay por ejemplo cierto orgullo de llegar adonde nunca había estado.
Donde nunca pensé que llegaría a estar.
Hay en el acto de dejar atrás un poco de salir al encuentro.
Hay oculto en cada adiós un silencioso bienvenido.
Las despedidas son más un tema de la vida que de la muerte.
Porque en última instancia y desde el principio
nuestra historia y la de todos
es tan sólo una mezcla extraña de finales y principios.

Y lo sé porque otros que vivieron me contaron,
porque otros que sufrieron primero crecieron después desde el dolor.
Muertes que parieron nuevas vidas,
pérdidas que condujeron a encuentros
y ausencias presentes que llenaron vidas vacías
librándolas del martirio de presencias ausentes.

Es por eso que sé, que avanzo y que no estoy sola,
que camino cada día y noche acompañada por muchos otros.
Otros que dejaron su marca en el sendero
y que encontraron solamente caminando
el sentido verdadero del camino recorrido.

MARTA BUJÓ
No todo es dolor




jueves, 23 de enero de 2014

CUENTO INDIO

Un viejo jefe de una tribu india estaba charlando con sus nietos, a cerca de la vida, y les dijo o siguiente: “Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos.
Uno de los lobos es el resentimiento, la inferioridad, el  miedo, la maldad, la avaricia, la mentira, el egoísmo, la envidia, el rencor, la culpa, el dolor, la ira.

El otro lobo, es la paz, el amor, la bondad, la alegría, la gratitud, la sencillez, la esperanza, la serenidad, la humildad, la compasión, la sinceridad, la misericordia, la generosidad”.

Y después, agregó:
“Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra”.

Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo:
-“¿Y cuál de los lobos crees que ganará?”.

El viejo jefe indio respondió simplemente: “El que alimente”.