martes, 4 de febrero de 2014

Cada órgano dañado responde a un sentimiento

 Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica, plantea la hipótesis de que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

 La enfermedad es una solución de adaptación ante una situación de shock, es decir, ante aquella situación que la persona no puede solucionar y se convierte en conflicto. No obstante, todo conflicto no provoca enfermedad. Para que ello ocurra deben darse las siguientes circunstancias: es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

 Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio; al duodeno y el estómago corresponde el conflicto de no tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene; los riñones corresponde a la pérdida de puntos de referencia,...

 Lo adecuado para estar sano es revalorizar las emociones, ser consciente de ellas y expresarlas desde la autenticidad. Por ejemplo, el hombre que tiene miedo pero lo enmascara con la rabia, descarga la rabia enfadándose con su mujer. Sólo estando en contacto con la emoción auténtica (el miedo), y no con la emoción de la superficie (la rabia) se produce la transformación y el cambio.

  



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