miércoles, 28 de octubre de 2015

Celos, aprender a sanarlos.

   Los celos no tienen nada que ver con el otro. Se trata de ti, de tu sensación de ser ignorado, despreciado, no tomado en cuenta, y de tu frustración por no poder controlar a los demás.

   Con el fin de evitar tu dolor, te comparas y luchas.

   Sanar tus celos sólo puede hacerse aquí y ahora...

   Haz a un lado la palabra y el concepto "celos" y siente directamente esa cruda sensación, sin juicios y sin tratar de convertirla en algo mejor. Contacta con tu propia incertidumbre, con tu inseguridad, con tu duda, con tus sentimientos de impotencia.

   Siente a ese viejo amigo: la apremiante necesidad de controlar.

   ¡No te des la espalda! Cuando te alejas de tu experiencia comienza la separación y el miedo.

   Comienza a iluminar los puntos heridos y olvidados en ti  a través de tu presencia consciente.

   Atiende con amabilidad a ese niño que hay en ti, a ese niño que ha sido ignorado y que tanto anhela sentirse amado. Siente su inocencia.

   Deja que tus celos te rompan el corazón de par en par y aprenderás a ser más humilde.

Jeff Foster